Desde el primer momento, supimos que trabajar para Caganer.com sería una oportunidad única. No todos los días te encuentras con una empresa que tiene un producto tan peculiar y arraigado en la cultura popular como los caganers. Ya antes de conocer a fondo sus necesidades, nos hacía muchísima ilusión poder colaborar con ellos.
Nos reunimos con los hermanos Alós, acompañados por Guillem, uno de sus colaboradores. Durante una comida, nos contaron la idea que tenían en mente: crear una nueva actividad en una de sus tiendas en Barcelona, a la que llamaron la «Caganer Experience». Sabían que querían basarla en la pintura de un caganer de terracota, pero querían darle un toque especial, con proyecciones, música, tal vez mapping. Estaban abiertos a explorar todas las posibilidades.
No habíamos llegado aún a los postres cuando les presentamos nuestra propuesta. Desde ese momento hubo una conexión instantánea. Cuando se encuentra una buena idea, el entusiasmo fluye, y eso es exactamente lo que sucedió. Nos motivamos al instante, sabiendo que teníamos en nuestras manos un proyecto que realmente podíamos disfrutar creando.
La «Caganer Experience» acabó convirtiéndose en una falsa videoconferencia, en la que los participantes interactúan con un “famoso pintor” que les da consejos sobre cómo pintar los caganers. El truco está en que, mientras parece que el pintor responde de manera espontánea, en realidad es una persona detrás del teclado quien selecciona las respuestas pregrabadas en tiempo real, dependiendo de las preguntas que hacen los participantes.
Guillem, por supuesto, se convirtió en nuestro «famoso pintor». Grabamos todas las interacciones en cuatro idiomas distintos, para asegurarnos de que la experiencia pudiera disfrutarse por cualquier visitante, sin importar su origen. Ahora, este divertido y original evento forma parte de la oferta de Caganer.com y está disponible en su local.
Nos quedó la satisfacción de haber contribuido a algo tan único y creativo. Sin duda, fue un proyecto que nos retó, nos inspiró y nos dejó con una sonrisa en la cara, sabiendo que habíamos dado vida a una experiencia inmersiva que, sin dejar de lado la tradición, integra lo mejor de la tecnología audiovisual.
Si queréis saber más, echad un vistazo en Caganer Experience, pero, sobre todo, ¡no os perdáis la oportunidad de vivirlo en persona!